COMO REALIZAR UNA CATA DE CERVEZA ARTESANAL
Existen diversas escuelas de cata, aunque todas ellas coinciden en una serie de requisitos mínimos que deben observarse durante la degustación. En la cata se pretende identificar las propiedades organolépticas de la cerveza, utilizando para ello nuestros sentidos. Por eso es muy importante llevarla a cabo en condiciones ambientales apropiadas.
El catado de la cerveza pertenece al análisis sensorial, es decir, un conjunto de métodos y técnicas que permiten percibir, identificar, y apreciar mediante los órganos de los sentidos, las propiedades organolépticas de este líquido.
CONDICIONES AMBIENTALES
Las copas de la cata deben ser iguales para todos los participantes, transparentes, sin olores ni restos de grasa o detergente. El local en el que se va a llevar a cabo la cata debe tener buena luz, carecer de ruidos y de olores.
LA MUESTRA
La muestra debe estar a la temperatura adecuada. Es importante escoger el vaso apropiado y según algunos profesionales aclararlo con agua antes de verter la cerveza. Sin embargo, afirman que el vaso ha de estar completamente seco.
La cata comprende tres fases:
Fase visual, donde se analiza el color, la transparencia, la vivacidad de la cerveza y la consistencia, persistencia y color de la espuma.
Es recomendable disponer de información previa de la cerveza que se va a degustar, historia, ingredientes, temperatura de servicio, familia estilo.
Durante la cata se pretende identificar las propiedades organolépticas de la cerveza a través de nuestros sentidos: la calidad e intensidad del aroma, el aspecto, el cuerpo, el amargor, los efectos retronasales, el equilibrio del sabor… en la cata de cerveza no se escupe el líquido, sino que se traga. Además, la cerveza presenta características propias tan solo de esta bebida, como el frescor, la vivacidad o el final de la misma. En la cata es conveniente que la muestra de cervezas no sea excesiva, si las muestras son de diferentes estilos, deberá comenzarse por las más claras y avanzar hacia las cervezas más oscuras.
LA VISTA
El sentido de la vista nos ayudara a identificar el aspecto general que presenta la cerveza: su color (dorada, rojiza, blanca, caramelo, negra, amarilla), su tonalidad (cobriza, clara, brillante, mate), el comportamiento del gas (cantidad), la calidad de su espuma (su estabilidad, color, persistencia)
EL OLFATO
En esta segunda parte de la cata, el olfato juega un papel determinante al concentrar los gustos y aromas que se realzarán posteriormente al catarla en boca, además encontraremos en la espuma, olores que de otro modo no percibiríamos: Malta (aromas a cereales, caramelo, regaliz, etc.), lúpulos (aromas herbáceos, florales, terrosos) y la propia fermentación de los cereales, que en esta fase destacarán principalmente.
EL GUSTO
Finalmente analizaremos en ésta última fase, si la cerveza ofrece un sabor amargo, o por el contrario es más dulce, salada o ácida. Comprobaremos su grado de astringencia (sequedad) y la saturación gaseosa que tenga.
Durante la fase de cata en boca, detectaremos con más intensidad si los aromas de la cerveza son afrutados, herbales, madera o terrosos y percibiremos en el retrogusto, (sabor posterior que queda en boca), su equilibrio y complejidad.
Mediante un par de tragos, se identifica sus ingredientes y las sensaciones que estos nos producen. El cuerpo de la cerveza se refiere a la sensación de peso, de llenado, plenitud o viscosidad que deja en el paladar, y puede ser ligero, medio o intenso, el sabor (dulce, seca, con sabor a semillas o grano..), el del lúpulo (que determina un bouquet floral, de pino, de resina, herbla…), el del alcohol (mayor o menor)
El de los aromatizantes (especias o frutas), el equilibrio entre acidez y amargor… también nos fijaremos en el recuerdo que nos deja en la boca, después de tomar el trago.